¿PARA CUÁNDO LAS PERSONAS?
Año tras año, el calendario se llena de efemérides reivindicativas de los derechos “colectivizados”, parciales o de sectores concretos de la Sociedad, generalmente envueltos de la propaganda ideológica y partidista que todo lo pervierte, corrompe y manipula en función de los intereses creados.
El caso es que entre las manifestaciones y reivindicaciones en función del sexo, las condenas de la violencia dependiendo de quien sea la víctima y las comparsas en favor del orgullo que supuestamente hay que tener en función de la orientación sexual, así como las reivindicaciones territoriales en función del idioma o de batallitas de otra época, no hacemos otra cosa que vivir en un permanente ambiente de hostilidad contra todo.
Me pregunto, qué pasaría sin en lugar de vivir en una constante tensión reivindicativa de todo, por todo y contra todo, para luego terminar votando a los mandatarios de turno de siempre, dejarámos al fin de etiquetarlo todo, de generar guetos o sectores sociales y empezarámos de una vez por todas a apostar simple y llanamente por los “Derechos de las personas” reconociéndonos verdaderamente iguales en nuestra condición humana, sin guettos, etiquetas, ni ideologías.
En el idealismo que nos caracteriza a los poetas, yo sí apuesto por una sociedad libre de la hostilidad permentante, reivindicando todo y contra todo un día sí y otro también. Apuesto por una Sociedad donde poder opinar en libertad sin la agitación constante de posicionamientos ideológicos totalitarios que no admiten la menor discrepancia.
Mientras tanto parte de la sociedad seguirá inmersa en la hostilidad reivindicativa y manifestandose por los derechos de según quien, contra la violencia según hacia quien y por la libertad de opinión según de quien. Pero yo, desde mi visión idealista me seguiré preguntando ¿Y para cuándo las personas?
10/03/2023 © Albert Hidalgo
LA NUEVA LEPRA
LA NUEVA LEPRA Al margen de las opiniones de cada cual, tan diversas como personas somos y existimos, nadie podrá negar los profundos cambios en el día a día de las personas, que se han derivado de esta realidad prácticamente surrealista de la llamada “Pandemia del Covid o Coronavirus”. En medio de una sociedad sumida en un temor casi paranoico de un virus más, entre tantos de los que nos toca protegernos y de una posible causa de mortalidad más, añadida a aquellas con las que ya estábamos acostumbrados a convivir, surge también la figura de los nuevos leprosos del siglo XXI, a los que se ha dado en llamar despectivamente “negacionistas”. Si hace un tiempo veíamos como a artistas de la talla de Miguel Bosé o Victoria Abril se les colgaba el cencerro de los apestados, vemos como sucede ahora lo mismo con el tenista servio Novak Djokovic, tratado por una parte de la sociedad como un auténtico apestado al que apartar a las cuevas y obligado a anunciar con sus tablillas de San Lázaro lo
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