YO NO APLAUDO
YO NO APLAUDO
No. Yo no aplaudo por los balcones
mientras los médicos y enfermeros que cobran por ejercer su trabajo,
pero no por jugarse la vida por falta de medios, no dispongan de todo
aquello que necesitan y que no son precisamente aplausos.
Yo no aplaudo mientras las residencias
de nuestros mayores se convierten en la condena de muerte de multitud
de ellos.
Yo no aplaudo mientras el mismo
gobierno que pidió la dimisión del anterior presidente por el
sacrificio de un perro siga liderando el mayor despropósito de la
historia reciente de España con más de veinte mil muertes por un
solo virus y sin la menor disculpa por ello.
Yo no aplaudo mientras se nos tenga
confinados como topos de manera indefinida, privados de nuestros más
elementales derechos de libertad, para protegernos presuntamente de
un virus contra el que antes y sabiendo de su existencia no se hizo
absolutamente nada.
Yo no aplaudo mientras que para salvar
a una parte de la población se condena a la ruina total a más de
media España que tendrá que cerrar sus negocios, media España de
trabajadores en paro y una Sanidad Pública que verá diezmada las
cotizaciones que permiten trabajar a su personal sanitario para poder
seguir salvando vidas. O tantos y tantos trabajadores de los que
dependen familias y que han dejado de cobrar su nómina y que no en
todos los casos cobrarán un solo céntimo hasta que la completa
normalidad regrese.
Yo no aplaudo porque si protegernos del
virus es una cuestión de emergencia, la frustración, la angustia y
los problemas psicológicos que marcarán a buena parte de la
sociedad durante mucho tiempo, después de haber perdido su libertad,
su fuente de vida, sus expectativas de futuro no son un tema de salud
de menor importancia, porque de la salud mental de una sociedad,
depende también su futuro, su destino y su propia supervivencia.
No, yo ni canto, ni aplaudo, ni bailo
por los balcones, porque esto no es un fiesta, sino una inacabable
pesadilla que pasará, pero habiendo alterado completamente nuestros
sueños y nuestras vidas y trucando miles de ellas. Pasará sin duda
y amainará la tormenta y el sol volverá a brillar para los que
podamos seguir disfrutando de él. Entonces y solo entonces llegará
mi aplauso para sanitarios, transportistas, agricultores, fuerzas y
cuerpos de seguridad, para quienes pasaron el confinamiento solos,
sin compañía de nadie, para quienes perdieron su sueldo o su
trabajo o peor aún a un ser querido sin poder siquiera despedirse de
él. Para ellos y para los que nos dejaron, para todos ellos sonará
entonces fuerte mi aplauso, al tiempo que acaben rindiendo cuentas
aquellos que tengan que darlas.
Mientras tanto, yo no aplaudo.
A. Hidalgo – 26/04/2020
Comentarios
Publicar un comentario