ESTERILES ELECCIONES
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Junto a la agotadora sombra del indeseable Covid 19, hace ya demasiado tiempo que en Cataluña sufrimos otra no menos corrosiva amenaza que por desgracia lidera el poder en las instituciones catalanas, absolutamente desamparadas y maltrechas por quienes sus reiterados desacatos a la nación que les otorgó su condición de funcionarios y el incumplimiento reiterado de sus leyes les llevó a unos a cumplir merecidas penas penitenciarias y a otros a darse cobardemente a la fuga, regresando ahora todos ellos a volver a presentarse para liderar las mismas instituciones que ultrajaron y desprestigiaron, amparados en el derecho que les otorga la misma nación a la que desafían y desprecian asegurando que “volverán a hacerlo”.
Una vez más, nos acercamos a unas nuevas elecciones al Parlamento de Cataluña, que lejos de suponer una nueva oportunidad de un verdadero cambio, no servirán sino para revalidar una vez más la hegemonía, la prepotencia y el desafío de un fanatismo separatista que vuelve a dejarnos en las calles sus ya reiterados episodios de violencia contra la libertad democrática de los partidos que se presentan para hacerles frente en las urnas. Partidos todos y cada uno de los cuales vuelven a perder la oportunidad de una gran alianza de fuerzas no independentistas como única posibilidad real de frenar el hostigador desafío que destroza sin remedio esta Cataluña plural, integradora y bilingüe que ellos rechazan, desprecian y destruyen.
Nos acercamos pues a unas estériles elecciones en los que los intereses partidistas de unos y otros primaran una vez más sobre el interés general de una Cataluña en la que un puñado de votos más o menos bailando de un partido a otro, no bastarán, cuando ni tan siquiera una mayoría de voto constitucionalista en los anteriores comicios sirvió para cambiar absolutamente nada.
Sin una alianza sólida de fuerzas no independentistas, ya podemos desgañitarnos por ningún partido, defendiendo vanamente cada cual a su color. Ni la mayor suma posible de votos conseguidos por cada uno de ellos servirá una vez más para nada sin no son capaces de entenderse por el bien común, por una Cataluña libre de la pandemia separatista y por la cada vez más denigrada integridad de la nación española.
Estériles elecciones y muy lamentablemente otra oportunidad perdida.
A. Hidalgo - 8/02/2021p>
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